Por Ileana McCarthy
La hermosa mañana se perfilaba cálida y soleada, luego de las nubes grises que despertaron con nosotros para ver el amanecer. Ya temprano comenzaron a llegar los ciclistas a nuestro puesto de partida favorito: El Viandón, ese cafetín que parece haberse olvidado en el tiempo, pues de solo mirarlo, te transportas unas cuantas décadas hacia el pasado, en la carretera hacia el Combate en Cabo Rojo.
Allí ya estaban preparándose muchos de los compañeros de mi grupo de ciclismo, Los Piratas de Boquerón. Algunos ya casi listos para partir hacia una nueva ruta propuesta por nuestro capitán, Jim y cuando se anuncia ruta nueva, las emociones escalan en una acogida tremenda y muchas personas de diferentes partes de la isla que se enteran a través de nuestra lista de correo electrónico, vienen a participar.
Hoy recibimos varios compañeros ciclistas, que vinieron a correr la nueva ruta anunciada con el grupo, desde Ponce y la pasaron muy bien. Entre los ponceños que nos visitaron, varios eran maestros de U.P.R., algunos ya habían participado en corridas anteriores y las habían disfrutado sobre manera.
Acompañarnos a correr en el grupo no cuesta nada, es completamente gratis, solo tienes que levantarte temprano, pues la hora de salida es a las ocho de la mañana. Debes venir preparado con todos los accesorios: por supuesto una bicicleta, el casco, este es requisito indispensable, pues enfatizamos sobre todo la seguridad de las personas.
Debes también tener protección contra ponchaduras en las gomas, llenadores, mucha agua y protección contra el sol, como gafas y mangas adicionales, entre otros. Es bien aconsejable también, que si planificas acompañarnos uno de estos domingos, te acuestes temprano el día antes, para que puedas manejar mejor la corrida.
Y volviendo a nuestra corrida del domingo, todos anticipábamos el comienzo de esta y nos preparábamos, preguntándonos cómo serian estos caminos de esta nueva ruta anunciada para el día. Justo llegando las ocho, el capitán del grupo, Jim sonó el acostumbrado pito y todos salimos por el camino hacia las Guanábanas, pasando por la Laguna Cartagena, que para decirles la verdad, nunca la hemos visto, tal vez por estar cubierta de matas de río.
Corrimos brevemente por la Carr. 306 y entramos a los hermosos y olvidados por el resto de la gente, canales de riego, esta vez los tomamos del lado contrario a como normalmente los corremos, de allí llegamos a una panadería donde tomamos un descansito y retomamos la corrida para comenzar con el segmento de la nueva ruta.
Desde la misma carretera 100 de Cabo Rojo hacia Boquerón, retomamos los caminos por los montes y pasando entre hermosas fincas, corrimos por los caminos de nuestra predilección, en su estado natural, recubiertos de piedras, gravilla y tierra. Encontrar caminos así es el disfrute mayor para el corredor de bicicleta de monte.
Estos caminos fueron ideales, pues tenían subidas y bajadas espectaculares que le hicieron correr la sangre a gran velocidad a los ciclistas del día y los corrimos primero en una dirección y luego en la dirección contraria, hasta llegar de vuelta a la carretera 100, con el deleite y la satisfacción de haber disfrutado una buena corrida.
Retomamos la ruta por carretera hacia El Refugio de Aves, perteneciente a Recursos Naturales y cuya entrada se puede divisar poco antes del Viandón. A este punto de la ruta, las personas que se sintieron cansadas tuvieron la oportunidad de seguir hacia el Viandón y concluir su corrida por el día y hasta la próxima semana.
No obstante, los que aún teníamos suficiente energía y aquí incluyo a nuestros compañeros de Ponce, que decidieron acompañarnos a completar la ruta, proseguimos hacia el sendero de la Garza, que se toma entrando por el Refugio de Aves.
La Garza es un sendero estrecho y llenito de curvas, subidas y bajadas, que acomodan perfectamente la goma de la bicicleta de un buen corredor y se conoce en inglés como un single track. En la Garza podemos disfrutar de una hermosa corrida sobre un área de dos o tres pies de elevación.
En la parte baja del terreno puedes divisar una planicie con hermosa vegetación costera y lo más especial de la Garza, es que está prácticamente en su estado natural, allí no ves edificios, ni casas, ni carros, ni tapones, ni ruidos. Solo estás tú y la naturaleza que te rodea y si tienes suerte tal vez puedas sorprender una manada de monos cruzando el camino, como la tuvimos algunos de nosotros hoy.
Concluido el recorrido por la Garza, tomamos este camino bien rústico, La Quebrá, que por mucho tiempo me ha causado pesar por ser bien pedregoso y escabroso, no obstante hoy, estoy feliz por que finalmente pude cruzarlo de un lado al otro y eso trae a colación lo maravilloso del cuerpo humano y como poco a poco uno puede adquirir habilidades para realizar tareas que antes tal vez pensábamos imposibles.
Culminamos la corrida de hoy en nuestro punto de partida, El Viandón aproximadamente, cuatro horas y 22 millas después y nuestros compañeros de Ponce felices y satisfechos de haber completado la ruta de día con el grupo. Nos refrescamos y conversamos un rato de la importancia de preservar estos terrenos en parques nacionales para que los entusiastas de estos deportes al aire libre tengamos la oportunidad de realizarlos por mucho tiempo por venir y luego nos despedimos hasta la próxima semana cuando volveremos a correr.
Para más información acerca del deporte de la Bicicleta de Monte y ver los retratos de las corridas puedes accesar nuestra página Boqueron Bike.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario