17 junio 2008

El Tren de Puerto Rico

La máquina patinaba....

Basado en un reportaje especial de Charlie Aguilar
para el Periódico "El Nuevo Día" del 7 de Mayo de 1995
Modificaciones y adiciones por Angel Acevedo


La desaparición del tren de Puerto Rico en el 1957 dejó profundos y emotivos recuerdos sentimentales entres las generaciones de aquella época. Para el 1953 dejó de funcionar como tren de pasajeros, pero continuó dando servicio para cargas comerciales solamente. Quedan en pie algunas estructuras como recuerdo de un valioso tesoro que hoy constituyen solo una pequeña parte, en su mayoría abandonadas. Al desaparecer esfuman un patrimonio que es de nuestra historia. La mayoría de estas estructuras y vías férreas datan de los años 1891, fecha en que fue construido oficialmente el tramo entre San Juan y Manatí. Un año después se extendió a Carolina y desde Manatí a Arecibo y Camuy. Para 1904 una parte incluyó Hormigueros y Yauco, lo mismo que de Camuy a Aguadilla; en 1907 se inauguró de San Juan a Ponce.



Así, que las tradicionales máquinas o locomotoras convertidas su fuerza motriz de vapor a carbón y a diesel, manifestaron su imponencia por el Valle de Lajas. Pero, nunca pudieron probar la velocidad de la única máquina de gran capacidad que existía, porque el sistema de vías de Puerto Rico eran inadecuadas para desarrollar su potencia. En Puerto Rico hay valiosos monumentos históricos que son conservados, pero las estaciones del tren no son parte de ese programa. Muchas han desaparecido y otras están a punto de desaparecer por el deterioro que está a cargo de enterrar los gratos recuerdos y la historia del famoso medio de transportación.

Los pasajeros agitaban sus manos diciendo adiós a los cortadores y obreros de la caña quienes fueron parte de la ruta atravesando cañaverales del humeante ferrocarril. Hormigueros-donde existe otra estructura abandonada- fue una de estas paradas donde llegaron trenes con viajes especiales de los pocos casos en Puerto Rico cargados de fieles para disfrutar las famosas "Fiestas de la Monserrate".

En Mayagüez la ruta entraba por sus famosas calles de comercio y como testigos de los pasados y tumultuosos tiempos aún están las vías, que entonces se congestionaban de carretas de bueyes, calesas, jinetes y sus caballos, y más tarde de automóviles. Son pocos los automovilistas de esta generación que conocen todo lo que sucedió, por lo que valdría la pena visitar el área por diversión y conocer su historia.

La cuesta de Aguadilla fue el terror de los maquinistas y con mucha razón, pues hubo varios descarrilamientos. La experiencia ayudó a los maquinistas a mantener a salvo a sus pasajeros.

En la ruta del pueblo de Isabela los vendedores ambulantes se buscaban su limitado sustento durante su acostumbrada parada. El Túnel de Guajataca (Isabela) de cien pies de distancia era el pequeño trayecto de los novios románticos. Este túnel, de incalculable valor por su difícil construcción a través de una montaña, todavía es un monumento nacional de atractivo turístico que se mantiene en buenas condiciones.

Borinqueneando,
El Nene

Flickr Creative Commons Contributor: jonnyspirit

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