24 octubre 2005

Tecnología y Naturaleza


El Observatorio de Arecibo es un vivo ejemplo de como la tecnología y la naturaleza pueden coexistir sin necesidad de violentar el espacio natural que se quiere desarrollar.

La idea de crear el más grande radiotelescopio del mundo surge en los años 50 cuando un profesar de la universidad de Cornell deseaba estudiar la Ionosfera, su construcción comenzó el verano de 1960 y se culmina en el año 1963.

Desde los comienzos del desarrollo de esta idea había unas consideraciones establecidas para definir su localización. Entre ellas se encontraba que el radiotelescopio tenia que estar cerca del ecuador, condición con la que Arecibo contaba, al igual que el sistema montañoso cársico con grandes sumideros los cuales proveyeron un lugar ideal para la construcción del radiotelescopio con un impacto mínimo al ambiente.

Los paneles que se colocaron para la construcción del radiotelescopio están sobre el terreno por lo que debajo de este existe una gran cantidad de flora y fauna que no fue removida del lugar sino que ambos existen en armonía. Esta armonía es la que necesitamos que los desarrolladores velen al momento de construir dejando atrás los beneficios económicos para darle paso a los beneficios del ambiente. Si se hace bien el desarrollo desde un principio redundara en beneficios para todos.

Al día de hoy el radiotelescopio no ha podido ser superado en tamaño y trabaja 24 horas al día estudiando el universo, siendo foco de atención para científicos de alrededor del mundo.

Se parte de la historia y visita el Observatorio de Arecibo. El Observatorio opera de miércoles a domingo, para más información llame al (787) 878-2612.

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